El síndrome del cuidador quemado y sus implicaciones

Los cuidadores forman un papel de gran importancia para mantener y buscar mejorar la calidad de vida de un adulto mayor cuando este no cuenta con la capacidad de realizar por sí mismo actividades básicas de la vida diaria, sin embargo, durante ese camino se pueden encontrar con enormes retos las cuales podrían llegar afectar en gran medida su propio bienestar físico, emocional y social. Te dejamos información que beneficia a un familiar que está participando como cuidador o si estás trabajando como cuidador.

¿Qué es el síndrome del cuidador quemado?

El Síndrome del cuidador quemado se caracteriza por la presencia de malestar físico y psicológico derivado de un sentimiento de culpa, llegando a dejar de realizar actividades de ocio, salir con amigos y adquiriendo un estado de aislamiento social por el cuidado del adulto mayor. Los síntomas pueden ir desde: estrés, depresión, ansiedad, constante estado de irritabilidad, problemas para dormir, dificultad para concentrarse, apatía, pérdida de apetito, dolores de cabeza, incapacidad para relajarse, inclusive llegar a presentar un abuso de sustancias nocivas (Martínez, 2020).

¿Qué hacer si presento el síndrome del cuidador quemado?

A continuación, se presentará una lista de recomendaciones a seguir ante el síndrome del cuidador primario, sin embargo, siempre será recomendable acudir con un especialista de la salud mental que lo acompañe en el proceso:

  • Aprender a poner límites, llegando a negar realizar demandas que no sean importantes, así como pedir el apoyo de otros familiares o amigos para dividir la tarea del cuidador. 
  • Aprender a cuidarse de sí mismo, es de gran importancia no descuidar las propias necesidades por cuidar de otros. Nuestra salud también es importante, si nosotros no estamos bien, ¿cómo podemos cuidar de otros?. Revisar periódicamente tu salud y atender cualquier síntoma que se esté presentando sin postergarlo.
  • Es recomendable acudir a grupos de apoyo, no estás solo. Hay más personas que están pasando por una situación similar a la tuya y, en ocasiones, puede funcionar como desahogo el liberar todo aquello que nos podemos llegar a guardar, hablarlo con otros sin sentirnos juzgados. Atender tu salud mental y estar estable emocionalmente beneficiará tu calidad de vida.
  • Buscar un espacio donde pueda dedicar tiempo para sí mismo y a sus actividades favoritas. El tiempo de ocio también es importante, a veces puede llegar a verse como una “pérdida de tiempo” o una actividad “poco productiva”, sin embargo, mejora nuestra calidad de vida al ser momentos en los cuales liberamos tensión, estrés o incluso podemos mejorar nuestras relaciones personales al salir con amigos o familiares que no hemos visto en mucho tiempo.
  • De ser posible, buscar fomentar la autonomía de aquella persona dependiente. Si bien es cierto que, en algunos casos, el nivel de dependencia puede llegar a ser muy alto, algunas veces es posible llegar a incluirlos en actividades acordes a su estado físico y cognitivo, liberando así un poco de la carga de trabajo que tenemos. Del mismo modo, hacer eso se vuelve algo beneficioso para aquella persona dependiente al aportar así constante estimulación y no tener una vida sedentaria.
  • Aprender a gestionar los tiempos de manera eficiente. Seguir un horario puede ayudarnos a priorizar o descartar aquellas labores que podrían no ser muy relevantes, así como identificar los momentos libres que podríamos llegar a usar para momentos de autocuidado o de ocio.
  • Tomar cursos de cuidados para adultos mayores y si es parte de tu trabajo certificarte y estar en constante actualización para facilitar tu trabajo.

Como cuidador se cumple un papel de gran importancia, pero recuerda una cosa, tú también importas, no descuides por completo tu salud por cuidar de otro, se puede ver difícil o inclusive imposible, pero siempre hay alternativas y maneras para hacer las cosas. No dudes en buscar ayuda.


Referencias:

Martínez, S. (2020). Síndrome del cuidador quemado. Revista Clínica de Medicina de Familia, 13(1), 97-100. Recuperado de: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1699-695X2020000100013&lng=es&tlng=es.

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